Después de más de un año y medio de estar corriendo; entre descansos necesarios, lesiones y momentos de perseverancia; uno de los sábados de entrenamiento en el que corremos entre cincuenta y cien personas e invadimos las calles en la mañanita para no tener problemas con los carros; con mi grupo de amigas empezamos a correr rápido y pasamos al grupo grande. En ese momento se nos acercó uno de los representantes más importantes de este deporte en mi país; pionero en la organización de carreras de este tipo, alguien con mucha pasión y experiencia en ese deporte, una de esas personas que uno ve y piensa “hay que escucharlo, él sabe”, y nos preguntó qué locura estábamos haciendo… le explicamos, muy orgullosas, que estábamos haciendo cambios de velocidad… nos miró, sonrió y nos dijo “no process no progress, entiendo que están en cambios, pero tienen que ser progresivos…. recuerden siempre esta frase, sin proceso no hay progreso” y se ofreció como voluntario para ser nuestro coach ese día y guiarnos mejor en nuestros cambios de velocidad. Ese día corrimos más kilómetros que cualquier otro sábado y lo más impresionante es que no estábamos tan cansadas como hubiéramos pensado, sino que al seguir las indicaciones de nuestro coach de ese día terminamos bien, impresionadas de lo que hicimos, que básicamente fue acelerar de forma progresiva.
En el trabajo es tan común escuchar “esto tiene que cambiar, no podemos seguir así, tenemos que mejorar”, pero al mismo tiempo al explicar los pasos que se necesitan para lograr el cambio o el progreso tan esperado, muchos se desaniman y dicen que es muy complicado o que lo necesitan ya, que no pueden esperar. Esto equivale a querer tener físico y fuerza con una sola corrida de cambios de velocidades o incluso olvidar que el esfuerzo tiene que ser continuo, día a día, etapa por etapa.
¿Por qué nos cuesta tanto esperar? ¿Por qué queremos progresos sin procesos? En inglés, en algunos casos, progress y process se usan indistintamente, y es que tienen una lógica: si no voy paso a paso, poco a poco, no podré progresar. A veces nuestra mente impaciente relaciona la frase “paso a paso” como sinónimo de “demasiado lento” y nos olvidamos que el progreso sólo será duradero si los pasos dados en el proceso son firmes, seguros, estratégicos y medidos. No pretendamos correr una carrera si sólo hemos entrenado unas semanitas y nos hemos sentido bien y estamos sin lesiones, no pretendamos progresos transformadores, en nuestras propias vidas y empresas, si no realizamos procesos transcendentales. Recordemos que a la meta se llega con estrategia no de casualidad.
Si se enredaron con las palabras proceso y progreso, no se preocupen, sólo relaciónenlas, no las separen, cada una por su lado no funciona porque se necesitan mutuamente. Cuando estén dando un paso importante y su cabeza piense que necesita ir más rápido, repitan “NO PROCESS, NO PROGRESS”, respiren con calma y sigan corriendo, sólo así se lleva a buen término las cosas.
Verónica Neuenschwander Sahurie
Coach Integral